Las fuerzas israelíes han incrementado recientemente su agresión y profanación contra la nación palestina y sus lugares sagrados, y los grupos extremistas israelíes quieren que otros sionistas ataquen la Mezquita Al-Aqsa y celebren ceremonias judías allí.
Guarida de Leones, grupo palestino de la Resistencia surgido en Nablus, en la ocupada Cisjordania, emitió la noche del martes un comunicado, advirtiendo una vez más al régimen sionista de que responderá a la agresión de sus fuerzas.
La agrupación armada de la Resistencia, tras subrayar que no tiene nada que limite su reacción ante los abusos del régimen usurpador de Israel, llamó al pueblo palestino a enfrentarse a los israelíes con sangre y balas y a no dejar sola la Mezquita Al-Aqsa, en la ciudad de Al-Quds (Jerusalén).
Los palestinos, dondequiera que estén, deben ir a la Mezquita Al-Aqsa y enfrentar el ataque de los sionistas a este complejo sagrado y no permitir que rompan su santidad, reza el comunicado del grupo.
De igual manera, advirtió de que cualquier estupidez que cometan las fuerzas o colonos israelíes en Al-Aqsa supondrá un alto costo para el régimen de Tel Aviv.
El régimen sionista se encuentra en una situación desesperada; por un lado, no paran las protestas contra el polémico plan de reforma judicial, que impulsa el primer ministro Benjamín Netanyahu y, por el otro, crece el temor del régimen ante las respuestas de la Resistencia palestina a las agresiones de las fuerzas y colonos sionistas.
El martes, un gran número de uniformados israelíes irrumpió brutalmente en la sala de oración de Al-Qibli en la Mezquita Al-Aqsa, donde los fieles se encontraban rezando en pleno mes sagrado de Ramadán (noveno mes del calendario lunar islámico).
Los militares israelíes golpearon con palos a los fieles, entre ellos mujeres, niños y ancianos y, no solo dejaron decenas de heridos por balas de goma, gas pimienta y granadas aturdidoras, sino que impidieron que recibisen tratamiento médico.
Desde la ocupación de los territorios palestinos de Cisjordania en 1967, incluida la zona del este de Al-Quds, el régimen de Israel ha ido restringiendo más y más el derecho de los palestinos a rezar en la Mezquita Al-Aqsa, mientras provee protección a los colonos durante sus incursiones al lugar. Los judíos incluso realizan rituales religiosos en el sagrado recinto, pese a que según lo pactado no tienen derecho a hacerlo.
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