Los heridos palestinos se han convertido en memoria viva de los actos criminales perpetrados por las fuerzas militares del régimen de ocupación, especialmente en la represión de las marchas en defensa de Al-Quds y el barrio de Sheij Yarrah, en mayo pasado, que derivaron en 12 días de fuertes bombardeos contra la asediada Franja de Gaza.
Yana Kiswani, una adolescente de 16 años, es una de esas víctimas. Recibió un disparo en la espalda frente a su casa, en Sheij Yarrah, el 18 de mayo.
Con la columna fracturada, Yana está postrada en una cama y pronto comenzará la fisioterapia. Su familia dijo que el efecto a largo plazo de sus lesiones aún no está claro.
La familia de Yana no se encuentra entre el grupo que actualmente se enfrenta a la amenaza de una expulsión forzosa de sus hogares para dejárselos a los colonos israelíes. No obstante, condena, en duros términos, tales planes arbitrarios y violatorios del derecho internacional.
La mayoría de los países y organizaciones internacionales consideran ilegales los asentamientos que Israel construye en los territorios ocupados en 1967, incluidos Cisjordania y Al-Quds. Sin embargo, el régimen de Tel Aviv hace caso omiso a las denuncias y sigue insistiendo en su plan expansionista.
Las autoridades palestinas han instado, a su vez, a la comunidad internacional, a entrar en acción para poner fin a la ocupación israelí.
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