La medida se aplicaría a casi 3 mil enclaves judíos “temporales” construidos sobre tierras palestinas en la ocupada Cisjordania.
Se legalizaría así también el enclave más emblemático de todos, el de Amona, donde viven unas 40 familias israelíes. Amona debía ser demolido antes del 25 de diciembre, según las órdenes del tribunal supremo israelí.
La votación coloca al régimen de Tel Aviv en una difícil posición, ya que la comunidad internacional rechaza el incremento de las viviendas de colonos en los territorios palestinos ocupados desde 1967.
El analista político Rafael Araya Masri aborda el tema en una entrevista con HispanTV desde Buenos Aires (capital de Argentina).
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