Según reveló el martes un comunicado emitido por el grupo de derechos humanos israelí Adalah, el nuevo reglamento "con el fin de evitar el peligro, permite a los agentes abrir fuego [con munición real] directamente contra un individuo que, evidentemente, tuviera la intención de lanzar o está a punto de lanzar una bomba incendiaria, o contra aquel que está disparando o está a punto de disparar fuegos artificiales".
El lanzamiento de piedras con honda -una escena común en las protestas palestinas- también fue citado como un acto que podría justificar a un oficial de policía disparar con munición real contra los manifestantes.
"Con el fin de evitar el peligro, permite a los agentes abrir fuego [con munición real] directamente contra un individuo que, evidentemente, tuviera la intención de lanzar o está a punto de lanzar una bomba incendiaria, o contra aquel que está disparando o está a punto de disparar fuegos artificiales", revela un comunicado del grupo Adalah.
Estas órdenes, reveladas a Adalah en junio después de una petición presentada ante los tribunales israelíes para que se divulguen las regulaciones, se distancia de las "directrices generales existentes", las cuales restringen a los agentes el uso de armas letales antes de tomar otras medidas y antes de que el peligro sea inevitable, añade el comunicado.
El abogado de Adalah, Mohammad Bassam, al censurar la nueva normativa, explicó que permitiría a la policía israelí actuar "sin control y de manera criminal" y señaló que las posibilidades de que la vida de un oficial israelí esté amenazada por el lanzamiento de piedras o bombas incendiarias eran "extremadamente pocas".
Adalah también indicó que la policía israelí sigue evitando publicar una parte significativa de sus nuevas regulaciones para abrir fuego indiscriminado y afirmó que el grupo continuará solicitando una audiencia judicial para dar a conocer al público el resto de las nuevas regulaciones.
En el último año, policías y soldados israelíes han sido blanco de fuertes críticas de los grupos de derechos humanos por cometer "ejecuciones extrajudiciales" de palestinos que no suponían una amenaza inmediata o que podrían haber sido detenidos a través de medidas no letales.
Más de 220 palestinos, algunos de los cuales eran de Al-Quds (Jerusalén), han sido asesinados por soldados, policías y colonos israelíes, desde que en octubre de 2015 comenzaron la violencia en reacción a los ataques y las profanaciones israelíes contra lugares sagrados palestinos.
La mayoría de los palestinos murió después de que presuntamente realizara o intentara llevar a cabo ataques, así como durante los enfrentamientos, en circunstancias que los grupos de derechos humanos han calificado de innecesario el uso de munición real.
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