Desde 1979 con el despegue de la Revolución Islámica en Irán hasta la presente fecha, las hostilidades de Washington fueron persistentes contra Teherán. Pero sobre todo en los últimos diez años fueron incesantes los esfuerzos del imperialismo por asfixiar económicamente al pueblo iraní; sin embargo las pretensiones yanquis fracasaron.
El admirable proceso de industrialización de Irán, la diversificación de su producción económica, su amplia política de alianzas antimperialistas conjuntamente con la valentía y vocación trabajadora de su pueblo han derrotado el bloque imperialista.
Años atrás el imperialismo se proponía colonizar Irán, intervenir su economía y controlar su vida política. No es una tradición para EE.UU. firmar este tipo de acuerdos, por ello significa una histórica derrota para su modelo de hegemonía internacional, evidentemente la conclusión lograda no está libre de amenazas presentes y futuras del régimen de Israel y la propia corriente de los WASP que tratarán de revertir esta trascendental conquista del Derecho Internacional.

La supervivencia del resultado de los diálogos nucleares Irán-G5+1 (EE.UU., el Reino Unido, China, Rusia y Francia, más Alemania) dependerá de amplias alianzas entre Estados claramente diferenciados del Imperialismo yanquí y sus secuaces. Un frente internacional por la paz es pieza clave para disuadir a los poderes belicistas y los intervencionistas que desde siempre han rodeado a Washington.
Desde Venezuela, los socialistas bolivarianos felicitamos al hermano pueblo de Irán por esta victoria política enmarcada en los principios de independencia y soberanía que caracterizan a la Revolución Islámica y la unen indestructiblemente con la Revolución Bolivariana de Venezuela.