El jefe de la Organización de Protección Ambiental (OPMA) de Irán, Ali Salayeqe, dijo en declaraciones publicadas el jueves que el desierto de Rub al-Jali, ubicado en el sur de Arabia Saudí, es responsable de casi un tercio de las tormentas de arena y polvo que ingresan a Irán a través de sus fronteras suroeste y afectan vastas áreas del país durante las estaciones secas.
“Sobre la base de las últimas negociaciones bilaterales, se acordó llevar a cabo algunas acciones conjuntas en este desierto para combatir las fuentes de arena y polvo”, confirmó el funcionario iraní en una entrevista con la agencia de noticias local ILNA.
Tras señalar que el acercamiento entre Teherán y Riad permitiría a los dos países cooperar estrecha y directamente en cuestiones ambientales clave, incluidas las tormentas de arena y polvo, indicó que, si ambas partes llegan a un acuerdo final, sus expertos contribuirán a una operación conjunta para combatir el problema.
En este contexto, dio a conocer que una delegación del reino árabe asistirá a la Conferencia Internacional sobre la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo, que se celebrará bajo los auspicios de las Naciones Unidas los días 9 y 10 de septiembre en Teherán (capital iraní), en la que, además, participarán unos 50 países y 15 organizaciones internacionales.
Los comentarios se producen pocos días después de que Irán y Arabia Saudí abrieran oficialmente sus respectivas embajadas después de ruptura de las relaciones diplomáticas, como parte de un acuerdo alcanzado entre ambos países en marzo con mediación de China.
Irán ha sufrido un aumento de casos de tormentas de polvo severas en los últimos años y las autoridades atribuyen el problema a la sequía, así como a la falta de una gestión adecuada de los recursos hídricos y terrestres en los países vecinos, especialmente en Irak.
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