Decenas de activistas de organizaciones indígenas y campesinas, defensoras de los derechos humanos y recursos naturales, protestaron el jueves ante la representación diplomática de Honduras en la ciudad de Guatemala.
Los indignados guatemaltecos exigían al presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, esclarecer las circunstancias del asesinato de Cáceres, coordinadora del Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras (Copinh); y desvelaron su decisión de presentar el caso ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras organizaciones internacionales para dar inicio a las investigaciones pertinentes.
Que prevalezca la verdad y se haga justicia en caso de Berta Cáceres”, exigió uno de los líderes del movimiento indígena en Guatemala.
“Que prevalezca la verdad y se haga justicia en el caso de Berta Cáceres”, exigió uno de los líderes del movimiento indígena en Guatemala, al tiempo que pidió la cooperación entre estos organismos y el Ministerio Público hondureño para hacer justicia y dar con los culpables intelectuales de este crimen.
Por otro lado, los diputados de la Bancada de la Dignidad de Guatemala, alianza del Consejo del Pueblo Maya y Convergencia por la Revolución Democrática, repudiaron el asesinato y resaltaron la importancia de la lucha de los pueblos originarios por la defensa de sus derechos.
“Hoy Berta Cáceres, los oligarcas y transnacionales, pretendieron callarte, pero los pueblos, las feministas, las niñas y niños, las abuelas y los abuelos, seguiremos con tu voz, fortaleza, lucha y esperanza. En tu memoria y con memoria”, señaló Sandra Morán, jefa de esa fracción legislativa.
En este mismo contexto, un congresista por esa fuerza, Leocadio Juracan, indicó que “ella fue asesinada por la oligarquía tradicional que quiere seguir explotando nuestros recursos”.
Berta Cáceres, activista que se opuso a las bases militares de EE.UU. en Latinoamérica, fue asesinada la madrugada del jueves por unos desconocidos que accedieron a su vivienda.
La líder indígena del pueblo lenca había recibido anteriormente numerosas amenazas de muerte por acompañar las luchas de defensa de su pueblo, y también sufría persecución política y sobre ella recaían órdenes de detención.
No obstante, informes locales apuntan que el asesinato puede estar vinculado a una rueda de prensa en la que participó Cáceres la semana pasada y en la reveló que cuatro dirigentes de su comunidad fueron asesinados y varios más reportaron haber recibido amenazas.
Entre las actividades de Cáceres destaca su oposición a la instalación en Honduras de la mayor base militar estadounidense de toda América Latina en Honduras, en 2013, cuando enfatizó que sería “un proyecto de dominación y colonización con el propósito de saquear los recursos de los bienes comunes de la naturaleza en la nación centroamericana”.
Cáceres, también era una de las activistas más reconocidas de la defensa de los territorios de Honduras, y se oponía al proyecto de la represa hidroeléctrica de Agua Zarca, hasta que fue encarcelada, en 2013, por esta causa. En 2015, recibió el Premio Medioambiental Goldman para el Sur y Centroamérica por esta dilatada e intensa lucha.
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