• El papa Francisco ofrece un discurso ante los 27 mandatarios y presidentes de las principales instituciones europeas en la Sala Regia del palacio apostólico, 24 de marzo de 2017.
Publicada: sábado, 25 de marzo de 2017 0:12

El papa Francisco ha alertado este viernes que la Unión Europea (UE) ‘corre el riesgo de morir’ sin los ideales que buscaba en un principio.

“Cada organismo que pierde el sentido de su camino, que pierde este mirar hacia delante, sufre primero una involución y al final corre el riesgo de morir”, ha advertido el líder del Vaticano.

Estos ideales de los llamados “padres fundadores”, recuerda el líder de los católicos del mundo, eran solidaridad, apertura al mundo y búsqueda de paz y desarrollo, entre otros.

Cada organismo que pierde el sentido de su camino, que pierde este mirar hacia delante, sufre primero una involución y al final corre el riesgo de morir”, advierte el papa Francisco.

Las declaraciones del pontífice se han pronunciado en la imponente Sala Regia del palacio apostólico y ante los 27 mandatarios y presidentes de las principales instituciones europeas con motivo del 60 aniversario del Tratado de Roma que dio origen a la UE.

No obstante, el primer papa no europeo, que se le conoce por sus críticas a la vieja y “cansada” Europa, ha mostrado su esperanza de que el continente viejo vuelva a encontrar la esperanza en la solidaridad, elemento que, a su juicio, es “el antídoto más eficaz contra los modernos populismos” en el mundo.

En este sentido, el papa Francisco ha sugerido que los populismos “florecen por el egoísmo”, para después referirse a las políticas contra la emigración como ejemplo, tema que, según sus palabras, genera tensiones y divisiones dentro del bloque europeo.

 

A continuación, ha aseverado que la crisis migratoria que enfrenta desde hace casi dos años el continente viejo no se debe gestionar como un problema “numérico, económico o de seguridad”, pues ha vuelto a advertir de que la “pérdida de ideales” genera más miedo y problemas.

La crisis migratoria, la peor desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), sigue siendo la gran tragedia sin solución de este siglo. Aunque el número de refugiados que llegan a Europa —en su mayoría procedentes de países en conflicto— se ha reducido desde marzo de 2016 por un acuerdo entre la UE y Turquía, el continente europeo sigue siendo destino de un gran flujo migratorio.

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