En un auto publicado hoy miércoles en el que se detallan los pasos que dieron los miembros de la célula terrorista antes de los ataques del pasado jueves y viernes en Barcelona y Cambrils (a 120 km de la capital regional catalana), el juez Fernando Andreu afirma que los criminales planeaban cometer “un acto terrorista de gran envergadura”.
El último recuento de munición que la célula terrorista tenía en su posesión y la declaración hecha ayer martes ante el juez por el herido en la explosión de Alcanar muestran que los terroristas preparaban atentados con bomba contra “monumentos” de Barcelona, en los que el cerebro de la operación estaba dispuesto a inmolarse, según fuentes presentes en la comparecencia judicial citadas por medios locales.
Antes del primer ataque, el de la concurrida y turística calle de la Rambla de Barcelona, los miembros del grupo compraron el miércoles a las ocho y media de la tarde en el municipio tarraconense de Sant Carles de la Ràpita 15 fundas de almohada y bridas para, “muy probablemente, contener los artefactos explosivos en su interior”.
Más tarde, cinco horas después del atropello masivo en la capital de Cataluña (noreste de España), el jueves a las nueve y media de la noche, compraron cuatro cuchillos y un hacha —tres horas y media antes de la operación de Cambrils, que acabó con cinco terroristas muertos—.
(En la vivienda de Alcanar también se hallaron) gran cantidad de bombonas de butano, productos como acetona, agua oxigenada, bicarbonato, gran cantidad de clavos para ser utilizados como metralla y pulsadores para iniciar la explosión”, indican las fuentes, citadas por el diario El Mundo
En la sesión judicial de ayer martes se presentaron pruebas que indican que los terroristas compraron “una ingente cantidad de acetona”, al menos 500 litros, así como el material necesario para la confección de explosivos.
Por otra parte, fuentes del diario El Mundo han indicado que se encontró también un cinturón con explosivos reales, no simulados, que estaría destinado a ser utilizado por el cerebro de la operación, Abdelbaki Es Satty, que murió en la explosión no intencionada de Alcanar, la cual echó por tierra gran parte de sus planes.
En la vivienda de Alcanar también se hallaron “gran cantidad de bombonas de butano, productos como acetona, agua oxigenada, bicarbonato, gran cantidad de clavos para ser utilizados como metralla y pulsadores para iniciar la explosión”, indican.
”Existen indicios racionales y suficientes de que en dicha vivienda se estaba intentando fabricar peróxido de acetona, también conocido como TATP, utilizado habitualmente por la organización terrorista Daesh (siglas en árabe de EIIL) en sus acciones terroristas, como por ejemplo en los atentados de París y Bruselas”, concluye el auto judicial. Daesh reivindicó con rapidez los dos ataques.
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