Miles de personas han clamado a favor de la República catalana y contra la judicialización de la política.
Decenas de miles de personas han mostrado su solidaridad en Barcelona con políticos independentistas perseguidos por el Estado por acciones soberanistas. La lista aumenta cada día y en ella se encuentran el expresidente Artur Mas y su equipo, encausados por el 9N, o la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, investigada por permitir el debate de una resolución independentista. El Estado busca inhabilitarles.
Más de 400 municipios también han sido requeridos por la Justicia, ya sea por no colgar la bandera española, por impulsar la soberanía fiscal o por declaraciones a favor del proceso. En algunos casos, incluso, con detención policial como la que sufrió la alcaldesa de Berga, Montserrat Venturós.
Esta es la enésima exhibición de fuerza del independentismo catalán en la calle y lejos de mostrar síntomas de fatiga, sigue perseverante, consciente de la necesidad de seguir movilizándose en el futuro.
Estos días también ha habido actos de protesta en Londres y Dublín, además de París y Luxemburgo, en un claro ejemplo de la voluntad independentista de extender su causa por el mundo para intentar ganarse simpatías y apoyos internacionales, que serían indispensables en caso de declarar un nuevo Estado catalán en el futuro.
Oriol Puig, Barcelona.
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