Andrew Mitchell, el exsecretario de Estado para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (2010-2012) y miembro del Partido Conversador británico, exigió el martes a la Real Fuerza Aérea Británica derribar los aviones de guerra rusos que llevan a cabo bombardeos sobre las posiciones de grupos armados y los terroristas en Siria.
Mitchell, durante su intervención en el Parlamento británico el martes, abogó por el uso de fuerza contra las aeronaves de guerra rusas ya que, alegó, esto impediría que estos últimos realizaran ataques aéreos contra, supuestamente, zonas residenciales en Alepo, algo que rechaza Moscú y también Damasco.
Además pidió que varios escuadrones de cazas de los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sean desplegados en Siria para realizar patrullajes y hacer frente a las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia.
También defendió la creación de una zona de exclusión aérea sobre Siria y aseguró que dicha medida ayudaría a dar fin al conflicto en Siria y obligaría al presidente sirio, Bashar al-Asad, a dejar el poder, algo que varios países occidentales y regionales buscan desde hace varios años.

Poco después de sus declaraciones el canciller británico, Boris Johnson, rechazó la creación de una zona de exclusión aérea y advirtió que dicha medida significaría tener que "derribar aviones y helicópteros", razón por la que el Reino Unido y sus liados tienen que “pensarlo con mucho cuidado”.
Desde el inicio de los bombardeos rusos en Siria ha habido presión sobre Rusia, en especial por parte de los países occidentales, pero en las últimas semanas y con el aumento de los combates en Alepo (noroeste de Siria) también ha habido un aumento exponencial de acusaciones y presiones sobre la Aviación rusa para que dé fin a sus ataques aéreos.
Estas presiones tienen lugar al mismo tiempo que las fuerzas sirias están ya más cerca que nunca de retomar el control de Alepo, bastión de los grupos armados en Siria.
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