• Un selfi del primer ministro libanés, Saad Hariri, junto al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamad bin Salman.
Publicada: domingo, 26 de noviembre de 2017 10:46
Actualizada: domingo, 26 de noviembre de 2017 21:15

El príncipe heredero saudí prometió a Saad Hariri continuar disfrutando de los beneficios de su empresa, Saudi Oger, pero en realidad quería quitarle todo.

Este habría sido el verdadero motivo del viaje del primer ministro libanés, Saad Hariri, a Arabia Saudí el pasado 4 de noviembre. Sin embargo, una vez en el reino árabe Hariri alegó que se fraguaba un plan para asesinarlo en El Líbano, y por ello se veía obligado a renunciar al cargo, afirma este domingo el activista político saudí, identificado como Mujtahid, en su cuenta de Twitter.

Todo comenzó el día en que el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamad bin Salman, le pidió a Hariri traspasar la empresa de construcción Saudi Oger Ltd. a uno de sus conglomerados, pero el premier libanés se negó, por lo que Bin Salman decidió vengarse y quitarle los beneficios provenientes de la misma, detalla el activista saudí.

Mujtahid estima que Hariri se dirigió al reino alentado por la oferta, no obstante, nada más de llegar, se vio blindado por medidas de seguridad. Poco después, el príncipe le ordenaba renunciar para que se quedara despojado de la impunidad internacional, y poder quitarle los bienes que había conseguido durante décadas mediante las actividades de Saudi Oger Ltd.

 

Al darse cuenta de la trampa que le había tendido Bin Salman, el premier libanés se sintió aterrorizado ante la posibilidad de un inminente encarcelamiento, empero pudo contactarse con los embajadores de EE.UU. y de Francia en Riad, capital saudí, quienes le aseguraron que sus gobiernos presionarían al príncipe para que le permita abandonar Arabía Saudí, ya que, según explica Mujtahid, “Washington y París insistían en que el problema debía ser resuelto antes de que se convirtiera en un escándalo vergonzoso a nivel mundial”.

El premier libanés ha aprovechado este apoyo como una carta ganadora para sacar partido y poner entre la espada y la pared a Bin Salman, de modo que éste tendrá que pagarle a Hariri los beneficios de Saudi Oger Ltd. De lo contrario, el alto cargo libanés divulgará el chantaje del que fue objeto por parte del monarca saudí, opina Mujtahid.

El pasado miércoles, Hariri aplazó su renuncia —al regresar a su país— por petición expresa del presidente libanés, Michel Aoun.

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