La televisión egipcia ha informado de que el Tribunal Penal de El Cairo ha vuelto a sentenciar al expresidente Mohamad Mursi y a dos de sus correligionarios a cadena perpetua por presuntamente haber filtrado documentos relacionados con la seguridad nacional a Catar y a la cadena de televisión con sede en Doha, Al Jazeera.
El expresidente, ya condenado a prisión de por vida por otro caso, ha sido declarado culpable de dirigir una "organización ilegal", aunque ha sido absuelto de la acusación de espionaje, un cargo por el que sí han condenado a morir en la horca a seis de sus coacusados, entre ellos, tres periodistas.
Se trata de los periodistas Mohamed Hilal, director de noticias del canal de televisión catarí Al Jazeera; Alaa Omar Mohamed Sablan, jordano e identificado como periodista de la misma cadena, y Asmaa Mohamad al Jatib, de la publicación Rassd, próxima a los Hermanos Musulmanes (HHMM), agrupación a la que pertenece Mursi.
Para el expresidente egipcio esta es la tercera sentencia tras su derrocamiento en 2013 por el entonces jefe del Ejército y actual presidente, Abdel Fatah al-Sisi. Fue sentenciado a cadena perpetua por espionaje para servicios de inteligencia extranjeros y también a pena de muerte por su participación en una fuga masiva y en las manifestaciones que resultaron en el derrocamiento del dictador Hosni Mubarak.
Las sentencias pueden apelarse y, de hecho, según la agencia de noticias estadounidense Associated Press, Mursi apelará la sentencia, al igual que lo hizo con su sentencia de muerte.
Mursi, quien se personó ante el tribunal vestido con el uniforme rojo que llevan solo los condenados a la muerte, ha declarado en incontables ocasiones que no reconoce los procesos en su contra y los tacha de un abuso por parte de las autoridades egipcias.
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