"Pedimos una investigación por las víctimas civiles y que los resultados (de esta investigación) se den a conocer públicamente", ha anunciado este viernes el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, Ned Price.
Washington ha expresado su "profunda preocupación" y se ha mostrado "impactado y entristecido" por estas denuncias, ha afirmado el vocero norteamericano, al tiempo de solicitar al régimen de Al Saud y sus aliados precisar cuáles son sus objetivos en sus ataques en Yemen.
Price, tras asegurar que EE.UU. toma en serio los balances de civiles muertos, ha pedido a las partes implicadas en el conflicto yemení dejar de causar bajas civiles, en línea con el “cumplimiento de sus obligaciones en materia de Derecho internacional humanitario”.
Las declaraciones de Price han tenido lugar mientras el subdirector del Observatorio de los Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés), Philippe Dam, ha repudiado el bloqueo saudí, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, durante una iniciativa que buscaba investigar los crímenes cometidos en la agresión de Riad a Yemen.
A finales del pasado marzo, Arabia Saudí emprendió sin el aval de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero con la luz verde de EE.UU., una campaña militar contra Yemen, en un intento por eliminar de la esfera política al movimiento popular Ansarolá y por restaurar en el poder al fugitivo expresidente Abdu Rabu Mansur Hadi, fiel aliado de Riad.
El pasado septiembre, Amnistía Internacional (AI) denunció que Estados Unidos provee armas prohibidas al régimen saudí que utiliza en sus ataques contra Yemen.
El pasado 21 de agosto, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, John Kirby, admitió el apoyo de Washington a Arabia Saudí y sus aliados en su agresión contra Yemen.

Según las últimas cifras anunciadas por la Coalición Civil de Yemen, al menos 6090 yemeníes —entre ellos, 1698 niños y 1038 mujeres—, han perdido la vida como consecuencia de la agresión saudí, y unos 13.552 han resultado heridos.
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