Más de 200 personas se reunieron el domingo por la noche en Portland, en el estado de Oregón, para participar en una manifestación pacífica contra la brutalidad policial en el país, pero se volvió violenta y la Policía se vio obligada a declarar otra revuelta.
Según imágenes publicadas en redes sociales, los agentes antidisturbios lanzaron granadas de humo contra los congregados que se negaban a abandonar el área, por lo que varios de ellos terminaron arrestados.
La Policía de Portland también informó que dos efectivos debieron que ser hospitalizados después de que un grupo de descontentos lanzó piedras y disparó contra vehículos policiales.
En paralelo, miembros del grupo Antifa (abreviatura de antifascistas), intentaron contraatacar a los agentes y bloquear una de las calles de Portland, por lo que la Policía decidió disolver la protesta.
Portland también fue testigo de protestas masivas hace unos diez días. La Policía declaró disturbios tras un incendio en el interior de un edificio estatal.
Desde el pasado 25 de mayo, Estados Unidos se ha sumido en protestas tras el asesinato del afrodescendiente George Floyd, quien murió por asfixia a manos de un policía blanco.
Tras la escalada en Portland, las fuerzas federales entraron en la ciudad por orden del presidente estadounidense, Donald Trump, y reprimieron brutalmente a los manifestantes. No obstante, las críticas a la represión llevaron al Gobierno a retirarlos. Con todo, Trump ha advertido que si los funcionarios locales no logran contener las violentas manifestaciones, reinstaurará la medida.
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