“Aún tenemos la esperanza de la diplomacia (…) todo es parte de un continuo aumento de la presión, y continuamos ejerciendo más presión (sobre Corea del Norte), involucrando a otros países”, expresó el lunes el secretario de Estado de Estados Unidos.
El máximo diplomático norteamericano hizo estas declaraciones horas después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, incluyera a Pyongyang en la lista de los países patrocinadores del terrorismo.
En esta línea, Tillerson explicó que la medida antinorcoreana se enmarca en lo que Trump describe como una campaña de “presión máxima” y que él mismo denomina de “presión pacífica”, según reporta el portal Washington Examiner.
“Creo que es muy simbólico (…) sus efectos prácticos pueden ser limitados”, remarcó, si bien, señaló que el ingreso de Pyongyang en la lista negra de Estados Unidos supone la imposición de nuevas sanciones contra el Gobierno norcoreano.
Aún tenemos la esperanza de la diplomacia (…) todo es parte de un continuo aumento de la presión, y continuamos ejerciendo más presión (sobre Corea del Norte), involucrando a otros países”, indicó el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson.
Corea del Norte ya había sido incluida en dicha lista en 1988, por el Gobierno de Ronald Reagan, pero fue retirada en 2008, durante la Administración de George W. Bush con el fin de facilitar el proceso multilateral de negociaciones encaminado a finiquitar el desarrollo nuclear del país asiático.
Las tensiones entre Washington y Pyongyang siguen in crescendo debido a la militarización de la zona y amenazas de EE.UU. y las pruebas nucleares y de misiles de Corea del Norte.
Corea del Norte reivindica con insistencia que el desarrollo de armas nucleares blinda su estrategia de defensa ante la postura hostil de Washington y los movimientos belicistas estadounidenses, en particular, las maniobras militares conjuntas que realiza con Corea del Sur.
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