Ante un miedo generalizado al posible impacto en el suelo estadounidense de misiles balísticos intercontinentales lanzados por Corea del Norte, el Congreso de EE.UU. ha aprobado una nueva partida presupuestaria a instancias del Departamento de Defensa (el Pentágono), informó el sábado el portal local Defence News.
El texto señaló que el informe del proyecto de ley de política de defensa del año fiscal 2018 autoriza al secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, a aumentar el número de interceptores terrestres hasta en 28 unidades.
El despliegue de estos 28 sistemas antimisiles se llevará a cabo en la base de Fort Greely (Alaska, en el noroeste del país) y en la Base Aérea Vandenberg (California, en el suroeste), precisa el portal.
Para el Pentágono, la cifra de 28 unidades de interceptores aprobados recientemente no es suficiente, pues ya había solicitado un fondo de 136 millones de dólares para el año fiscal 2017 para aumentar de 44 a 64 el número de sistemas antimisiles terrestres en un solo campo de misiles: concretamente, se trataba de las instalaciones de Fort Greely.
Esta petición era parte de una solicitud presupuestaria de 416 millones de dólares presentada al Congreso, destinada a las necesidades defensivas en materia de misiles, según se lee en la publicación.
La Casa Blanca también presentó una solicitud de presupuesto suplementario para el año fiscal 2017 que pedía más fondos para aumentar el número de interceptores terrestres, igualmente so pretexto de un ataque nuclear de Corea del Norte.
El sitio web subraya que, para el finales de 2021, el Pentágono debe ejecutar cualquier construcción requerida para garantizar que los campos de misiles de Fort Greely u otros alternativos sean capaces de soportar y mantener los interceptores adicionales.
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