Se trata del E-6 Mercury de la Armada de EE.UU., el cual, a simple vista no parece ni un avión militar, mucho menos una aeronave letal. Sin embargo, este Boeing 707 modificado —que no carga armas propias— hasta puede ser percibido como el avión más mortífero del Departamento de Defensa de Estado Unidos (el Pentágono), según revela un artículo publicado el domingo en la revista estadounidense The National Interest.
De acuerdo con la fuente, la misión básica de esta aeronave está dirigida a "hacerse cargo y desalojar" (Take Charge and Move Out, o TACAMO, en inglés), lo cual quiere decir en mantener de manera permanente la línea de comunicación entre las autoridades del Mando Nacional (el presidente del país y otros altas autoridades) y las fuerzas nucleares norteamericanas.
Se puede cortar la cabeza de las fuerzas nucleares de EE.UU., pero el cuerpo permanecerá activo gracias a estos aviones del día del juicio final”, reza el artículo de The National Interest.
En este sentido, la revista indica que la letalidad del E-6 Mercury se debe a que su misión final es ordenar el lanzamiento de misiles nucleares, incluso si los centros de comando en tierra son destruidos por un ataque enemigo.
“Es decir, se puede cortar la cabeza de las fuerzas nucleares de EE.UU., pero el cuerpo permanecerá activo gracias a estos aviones del día del juicio final”, reza el artículo de The National Interest, redactado por el columnista en seguridad e historia militar Sebastien Roblin.
La Armada estadounidense cuenta con al menos un E-6 en el aire en todo momento y tiene planeado aumentar el servicio de estos aviones hasta el año 2040.
Tal informe viene en momentos de la escalada de tensiones en la península coreana ante temores de una guerra nuclear por las recurrentes amenazas de Washington de un ataque preventivo contra Pyongyang y por una nueva prueba de misiles realizada el 16 de abril por Corea del Norte.
Washington anunció a comienzos del mes el envío de una flota de ataque, incluido el portaaviones USS Carl Vinson, a la península de Corea. Esta medida se interpretó como una advertencia a Pyongyang, a la que reaccionó el país asiático mostrando su plena preparación para una guerra a gran escala.
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