"Está claro para todos que el tiempo de las negociaciones a largo plazo se ha acabado", señaló el jueves Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., en una rueda de prensa en la que enfatizó el carácter urgente de entablar conversaciones y encontrar soluciones de corto plazo con Corea del Norte respecto a su programa de armamento.
Al Gobierno estadounidense, explicó Toner, le preocupa ver cómo en los últimos meses “Corea del Norte ha acelerado sus esfuerzos por continuar con el desarrollo de armas nucleares".
Está claro para todos que el tiempo de las negociaciones a largo plazo se ha acabado", señaló Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU.
Asimismo, el portavoz reafirmó el compromiso de EE.UU. con sus aliados en Asia y quiso dejar claro a Pyongyang que el "apoyo firme" a Japón y Corea del Sur sigue siendo "absoluto".
Paralelamente, el presidente estadounidense, Donald Trump, formuló en la misma jornada una advertencia directa a Corea del Norte, al señalar al Gobierno de Pyongyang como "problema".
"Corea del Norte es un problema, y un problema que será atendido", dijo Trump en la Casa Blanca, entre especulaciones sobre una nueva prueba nuclear por parte del Ejército norcoreano.
El portal 38 North, de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.), informó el miércoles de presuntos preparativos para la realización de una nueva prueba armamentística por parte de Pyongyang.
"Imágenes satelitales del polígono de pruebas nucleares de Punggye-ri muestran actividad continua en el aérea administrativa y presencia de personal alrededor del sitio de mando", indicó el sitio web.
El presidente de EE.UU. ha dicho en repetidas ocasiones que evitará que Pyongyang desarrolle un misil nuclear capaz de alcanzar Estados Unidos.
Washington ordenó recientemente enviar un grupo naval a la península de Corea para hacer una demostración de fuerza. De ese grupo forma parte yn submarino nuclear de clase Ohio, con 154 misiles de crucero tipo Tomahawk.
Este despliegue ha aumentado las tensiones a otro nivel: el martes, Pyongyang respondió prometiendo “la más dura respuesta a las provocaciones” de Washington.
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