El representante republicano del estado de Virginia en el Senado estadounidense, Richard Hayden Black, explicó que el presidente de Siria, Bashar al-Asad, no tenía ningún motivo para atacar con sustancias químicas a su pueblo en la provincia siria de Idlib (noroeste) ya que está a punto de derrocar a los terroristas en todo el país.
“La probabilidad de que (el Gobierno de) Siria haya lanzado un ataque con gas es de cero (…) Creo que no hay absolutamente ninguna posibilidad de que ellos (el Gobierno sirio) lo hayan hecho, porque no tienen nada que ganar, y mucho qué perder, pues (Al-Asad) habría desencadenado la ira del mundo entero. Por tanto, eso no ocurrió. Yo sé que eso no ocurrió”, indicó el viernes Black a la agencia rusa de noticias Sputnik.
La probabilidad de que (el Gobierno de) Siria haya lanzado un ataque con gas es de cero (…) Creo que no hay absolutamente ninguna posibilidad de que ellos (el Gobierno sirio) lo hayan hecho, porque no tienen nada que ganar, y mucho qué perder, pues (Al-Asad) habría desencadenado la ira del mundo entero. Por tanto, eso no ocurrió. Yo sé que eso no ocurrió”, indicó el senador estadounidense Richard Hayden Black.
Black, asimismo, insistió en que desafía a cualquier persona a explicar por qué Al-Asad convertiría una victoria en una derrota. “¿Por qué razón el presidente de Siria autorizaría un ataque químico contra un puñado de gente que iba por la calle? (…) No hay una razón lógica”, señaló el senador estadounidense.
Señalando que Estados Unidos ni siquiera sabe si Al-Asad posee armas químicas, Black aduce que Damasco, de utilizar armas químicas, lo habría hecho contra las unidades blindadas e instalaciones y el arsenal militar de sus enemigos, que se encuentran en ciudades como Hama, no contra los civiles y niños.
Washington confía en la información que le proporcionan los grupos terroristas, pero no existe ningún observador independiente que pueda corroborar dicha información, añade.
En este contexto, recuerda que Estados Unidos atacó Irak en 2003 basándose en una información falsa sobre que el entonces dictador iraquí Saddam Husein (1979-2003) poseía armas de destrucción masiva.
Al referirse a los ataques misilísticos lanzados por Estados Unidos contra la base aérea de Al-Shairat, sita en la provincia central siria de Homs, supuestamente en represalia por un ataque químico que acabó con la vida de unos 80 sirios en Idlib, Black advirtió de que esas incursiones solo benefician a los terroristas de EIIL (Daesh, en árabe), pues este grupo ultraviolento se aprovecha de la inestabilidad creada.
“En algunos casos, pienso que estamos cooperando con ellos”, se lamentó Black, recordando que Daesh atacó con anterioridad los aeródromos del Ejército sirio en Homs y los cazas estadounidenses bombardearon en septiembre de 2016 a los militares sirios en Deir al-Zur.
Cabe recordar que el Gobierno sirio entregó todo su arsenal químico a los organismos internacionales en 2014, con lo que puso fin a los esfuerzos de los terroristas y sus patrocinadores para acusarlo del uso de armas químicas. En enero de 2016, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) confirmó la destrucción total del arsenal químico de Siria.
Desde el estallido del conflicto sirio, Damasco ha presentado una y otra vez ante las Naciones Unidas y la OPAQ pruebas de que la llamada “oposición siria” armada, que cuenta con el apoyo del Occidente, emplea en sus ofensivas este tipo de armas prohibidas.
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