• El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, llega a una conferencia de prensa después de recibir al presidente chino, Xi Jinping, en el aeropuerto internacional de Palm Beach, Florida, 6 de abril de 2017.
Publicada: jueves, 6 de abril de 2017 22:52

El Gobierno estadounidense ha vuelto a invertir su enfoque sobre Siria; ahora dice que ‘no hay futuro’ para el presidente sirio Bashar al-Asad.

Después de que la Administración del presidente Donald Trump se mostrara a favor de un cambio en la política seguida por el Gobierno anterior, al reconocer el papel del pueblo sirio en relación con el futuro de Al-Asad, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, ha destacado este jueves que Washington "está tomando medidas" para lograr un cambio de régimen en Siria y ha asegurado que Rusia debería reconsiderar "cuidadosamente" su apoyo al presidente sirio.

Tillerson ha indicado desde Florida (Estados Unidos) antes de mantener un encuentro con el presidente chino Xi Jinping, que "no existen dudas" de que el Gobierno de Siria es responsable del supuesto ataque con armas químicas que sufrió la provincia siria de Idlib el 4 de abril (Rusia y Siria desmintieron dichas inculpaciones sobre el ataque químico).

En este sentido, el alto diplomático estadounidense ha señalado que su país considera "una respuesta apropiada a este ataque con armas químicas", que "viola todas las resoluciones y acuerdos internacionales que incluyen al Gobierno sirio, Rusia y todos los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU)".

 

Finalmente, el funcionario estadounidense ha subrayado que Al-Asad "no tendrá un papel para gobernar al pueblo sirio" y ha advertido de que EE.UU. trabajará junto a sus aliados internacionales para continuar las operaciones en suelo sirio, bajo el supuesto objetivo de derrotar al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).

Un miembro del Parlamento sirio informó después de que sucediera el ataque que este podría haber sido causado por la explosión de un depósito de armas químicas instalado y mantenido por grupos opositores armados sirios en la citada región.

Hace tan solo una semana, la representante de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, precisaba que Washington no piensa centrarse en derrocar al presidente sirio como precondición para poner fin al conflicto que vive el país árabe; política en la que, sin embargo, insistía la Administración del expresidente Barack Obama.

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