• El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofrece un discurso en la Casa Blanca, 29 de marzo de 2017.
Publicada: viernes, 31 de marzo de 2017 0:10
Actualizada: viernes, 31 de marzo de 2017 2:12

Washington opina que la reunión prevista entre los presidentes de EE.UU. y China es ‎una ocasión para ampliar los lazos pese a los recientes desencuentros.‎

“Esta es una oportunidad para que el presidente (de EE.UU., Donald) Trump desarrolle una relación personal con el presidente Xi (Jinping, de China), pero tenemos grandes problemas”, dijo el jueves el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.

En una rueda de prensa Spicer enumeró las diferencias entre Washington y Pekín: la disputada región del Mar de China Meridional, la cuestión de Corea del Norte —EE.UU. ha pedido a China que intervenga para hacer de mediador entre Washington y Pyongyang para evitar una guerra—  y el no menos importante tema del comercio bilateral.

Esta es una oportunidad para que el presidente (de EE.UU., Donald) Trump desarrolle una relación personal con el presidente Xi (Jinping, de China), pero tenemos grandes problemas”, asegura el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.

El diplomático estadounidense también señala que se trata de “grandes asuntos de seguridad nacional y económica” y que se abordarán en la reunión que mantendrán el presidente chino, Xi Jinping, y Trump en la casa de este de Mar-a-Lago en el estado de Florida, en el sur de Estados Unidos, los días 6 y 7 de abril.

 

Por su parte, Trump auguró el mismo jueves —en un mensaje en su cuenta en la red social Twitter— que la reunión con su par chino será "muy difícil", ya que deben resolver muchos problemas.

"La reunión de la semana que viene con China será muy difícil (...) No podemos seguir teniendo enormes déficits comerciales y pérdidas de empleo. Las empresas estadounidenses tienen que prepararse para valorar otras alternativas", tuiteó.

El encuentro se celebra en un contexto de máxima tensión entre el gigante asiático y el país norteamericano por el próximo despliegue del Sistema Terminal de Defensa Aérea de Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés) de EE.UU. en Corea del Sur y las provocaciones de Washington en el Mar de China Merdional.

Con la victoria de Trump en las elecciones del pasado noviembre, la tensión no ha hecho sino crecer, ya que el presidente estadounidense responsabiliza a China de la pérdida de empleos en EE.UU. y amenaza con declarar a Pekín “manipulador de divisas”, postura que fue criticada en su día por el antecesor de Trump, Barack Obama

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