“Creo que confía plenamente”, dijo el martes el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, respondiendo a los periodistas sobre la existencia de pruebas de las supuestas escuchas telefónicas que Obama ordenó realizar contra Trump en la campaña electoral, informó el rotativo estadounidense Politico.
Los funcionarios de la Casa Blanca hasta ahora no han estado dispuestos a ofrecer pruebas para apoyar la acusación que realizó Trump el 4 de marzo a través de su cuenta en la red social Twitter. El Gobierno de Trump ha tratado de canalizar la acusación como un asunto cuya investigación compete al Comité de Inteligencia del Congreso.
El Departamento de Justicia pidió el lunes al Comité de Inteligencia del Congreso —y se le concedió— más tiempo para responder a la solicitud de información relacionada con supuesta interceptación de comunicaciones del mandatario, algo que han pedido ambas cámaras.
En este contexto, Spicer señaló que Trump está convencido de que las investigaciones parlamentarias confirmarán su denuncia sobre el supuesto espionaje al que fue sometido por parte de la Administración Obama.
Las acusaciones de Trump contra Obama coincidieron con las declaraciones del exagente de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA, por sus siglas en inglés) William Binney, quien en febrero, en una entrevista concedida a Breitbart, aseguró que la agencia para la que trabajaba estaba pinchando los teléfonos de Trump, pero en ningún momento mencionó el nombre del expresidente estadounidense.
No es la primera vez que Trump lanza acusaciones contra Obama. A principios de febrero, aseguró a la americana Fox News que la publicación de los informes sobre el contenido de sus intercambios telefónicos con los líderes de México y de Australia fueron obra de la “gente de Obama”, y a finales del mismo mes acusó a Obama de haber orquestado las filtraciones y las protestas callejeras en su contra.
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