Unos 6000 mil correos electrónicos que han salido a la luz por orden de un juez ante una demanda de transparencia muestran la alianza entre Pruitt, en su etapa de fiscal general de Oklahoma, y las empresas más beligerantes con las regulaciones ambientales.
Los correos han sido publicados gracias a la organización no gubernamental Centro para los Medios y la Democracia.
Te adjunto un borrador de carta que un grupo de fiscales generales podría enviar al director de la APM y a otros en la Administración, en respuesta a los intentos de ampliar la regulación de las emisiones”, escribió el vicepresidente de Devon Energy, Bill Whitsitt.
Con el objeto de enfrentarse a las normas del presidente Barack Obama (2009-2017), Pruitt y su equipo se reunían con los directivos de las compañías afectadas y permitían que les escribiesen y reescribiesen las cartas oficiales que luego enviaban a la Administración federal. Juntos construyeron una estrategia común que pasaba por convertir Oklahoma en un bastión de sus intereses y un freno a los “excesos reguladores” de Washington.
El rol que desempeñaba Pruitt en esta operación era sumamente importante y hasta clave, ya que tenía bajo su control el Ministerio Público y por ende acceso a una inmensa base de información y un altísimo nivel de interlocución.
Las compañías afectadas sabían muy bien cómo aprovechar las capacidades de Pruitt. Algunas, como Devon Energy, le llegaron a escribir los borradores que debía enviar a la cúpula de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés).
“Te adjunto un borrador de carta que un grupo de fiscales generales podría enviar al director de la EPA y a otros en la Administración, en respuesta a los intentos de ampliar la regulación de las emisiones”, escribió el vicepresidente de Devon, Bill Whitsitt, sin recato en trazar la estrategia de comunicación que debía seguir el fiscal: “si se envía, sugiero que se haga pública, al menos en el Capitolio y en publicaciones políticas”, añadía. La respuesta fue clara: “gracias Bill, empezamos a trabajar con el borrador”.
La decisión del presidente de EE.UU, Donald Trump, de nombrar al fiscal general de Oklahoma para dirigir la EPA ha provocado una oleada de críticas por parte de varias organizaciones medioambientales estadounidenses, ya que Pruitt ha favorecido hasta ahora a la industria de los combustibles fósiles y, en especial, del petróleo.
El funcionario ha denunciado a la EPA en 14 ocasiones y ha cuestionado el impacto humano en el cambio climático. Aboga por reducir y descentralizar la agencia que va a liderar, concediendo más independencia a los estados en la regulaciones de las empresas que afectan al medio ambiente.
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