La Cámara de Representante de mayoría republicana con 419 votos a favor aprobó una reautorización de 10 años —hasta 2026— de la Ley de Sanciones contra Irán, aprobada inicialmente por el Congreso de Estados Unidos en 1996.
La referida medida contra la República Islámica expirará a finales de 2016 si no se renueva. Todavía debe ser aprobada por el Senado y firmada por el presidente estadounidense, Barack Obama, para convertirse en ley.
Según el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés), firmado entre Irán y el G5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), con la entrada en vigor del pacto, el 16 de pasado enero, quedaban levantadas todas las sanciones nucleares impuestas por la Unión Europea (UE), el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas (CSNU) y Estados Unidos al país persa. A cambio, Irán debía establecer limitaciones a sus actividades nucleares.
Pese a que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ha confirmado que Teherán ha cumplido sus compromisos adquiridos en virtud del pacto, las autoridades iraníes denuncian los obstáculos que imponen los estadounidenses a Irán en los procesos económicos.
Los legisladores estadounidenses argumentan que desean que las sanciones se mantengan en vigor con la intención de enviar un mensaje: EE.UU. responderá las supuestas provocaciones de Irán y dará a cualquier presidente del país norteamericano la capacidad para restablecer rápidamente las sanciones si Teherán viola el acuerdo.
Al respecto, el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá seyed Ali Jamenei, dejó claro en junio que Irán “no incumplirá el JCPOA, pero si lo hace la contraparte (…) si ellos (los estadounidenses) lo rompen en mil pedazos, nosotros lo quemaremos”.
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