“Si miran el patrón de muerte, violencia y tiroteos que hemos experimentado en los últimos cinco o diez años, somos un caso único entre los países desarrollados en la envergadura de la violencia que experimentamos”, afirmó el sábado Obama en una rueda de prensa al término de la 28ª cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), desarrollada en Varsovia, capital polaca.
Si miran el patrón de muerte, violencia y tiroteos que hemos experimentado en los últimos cinco o diez años, somos un caso único entre los países desarrollados en la envergadura de la violencia que experimentamos”, dijo el presidente de EE.UU., Barack Obama.
Sin embargo, trató de transmitir una imagen de unidad nacional, al recalcar que “aunque la semana ha sido dolorosa, creo que Estados Unidos no está tan dividido como algunos sugieren”. Lo dijo en alusión a las tensiones surgidas en su país tras un tiroteo registrado el jueves en Dallas (Texas, en el sur de EE.UU.) durante una protesta contra la brutalidad policial y que dejó al menos cinco efectivos policiales muertos.
A continuación, el jefe de Estado subrayó la difícil labor de la Policía estadounidense en las comunidades donde hay "armas por todas partes" e insistió en que no es posible catalogar de “irrelevante” el problema de armas.
De este modo, se refirió a comentarios críticos de algunos republicanos, según los cuales, el mandatario relacionó el tema de debate de armas con la matanza de Dallas. El viernes, en una primera reacción tras ese tiroteo, Obama abogó por un mayor control de armas al asegurar que “cuando la gente va armada con armas potentes, por desgracia, este tipo de ataques se vuelven más mortíferos y más trágicos”.
Además, negó los señalamientos de que pretendía “politizar” el tema para vender su política a favor del control de armas y reiteró su preocupación por el acceso fácil a las armas con las que, resaltó, se hacen “tiroteos masivos” e incluso “rutinarios”.
La brutalidad policial en EE.UU., sobre todo contra la comunidad afroamericana y las minorías, ha suscitado críticas de diversas organizaciones, como el grupo de derechos civiles Black Lives Matter ("las vidas de los negros importan", en inglés) que convocó las manifestaciones del jueves.
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