Hasan Rohani ha hecho hincapié en que Irán, pese a las dificultades, ha estado yendo bien y nunca recurrirá a los fondos de reserva para cualquier déficit presupuestario, “como algunos productores clave de petróleo que fueron obligados finalmente a hacerlo”.
“Todos los países productores de petróleo se enfrentaron con problemas (por la caída del precio del petróleo), incluso Arabia Saudí tuvo que retirar casi 100 mil millones de dólares de sus fondos de reserva para dirigir el país”, ha dicho este jueves Rohani durante la inauguración de un proyecto de suministro de agua en la ciudad de Mashad (noreste de Irán).
Todos los países productores de petróleo se enfrentaron con problemas (por la caída del precio del petróleo), incluso Arabia Saudí tuvo que retirar casi 100 mil millones de dólares de sus fondos de reserva para dirigir el país”, según el presidente de Irán, Hasan Rohani.
Irán, por primera vez en su historia, de acuerdo con el presidente, no solo no retiró sus fondos de reserva para casos de emergencia, sino que depositó el 20 % de sus petrodólares en el Fondo de Desarrollo Nacional durante los últimos dos años.
La capacidad del país persa para duplicar su exportación de crudo a dos millones de barriles diarios y sus exitosos pasos para responder a la creciente demanda interna de gas natural ―en particular durante los inviernos― han sido dos de los logros más notables del país, ha afirmado el presidente del Ejecutivo iraní, añadiendo que “estos muestran la fuerza de la nación y el Gobierno de Irán”.
Rohani asumió el cargo en 2013 cuando el país era objeto de sanciones unilaterales del Occidente. En 2014, el precio del petróleo empezó a caer drásticamente, incluso llegó a caer por debajo de los $30.
Actualmente, el precio del petróleo se sitúa en torno a los $50 por barril que parece ser el resultado del acuerdo alcanzado el miércoles por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para recortar la producción de crudo. Irán ―junto con Libia y Nigeria― estuvo exento del plan, lo que se considera como una exitosa “diplomacia petrolera” perseguida por el ministro del Petróleo iraní, Biyan Namdar Zanganeh.
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