Según comentó el miércoles la agencia rusa de noticias Sputnik, este pacto económico valorado en mil millones de dólares es solamente un comienzo para el desarrollo de las relaciones económicas entre ambas partes.
El acuerdo se firmó el pasado sábado entre el astillero naval Krasnye Barrikady de Rusia y el Grupo Industrial Sadid de Irán con el fin de construir cinco plataformas de perforación en alta mar, que serán instaladas en el Golfo Pérsico.
Conforme al acuerdo, los componentes de estas plataformas de perforación serán fabricados en Astracán de Rusia antes de que se envíen a la ciudad de Joramshahr (suroeste de Irán), donde serán ensambladas con la ayuda de expertos rusos.
Se espera que los trabajos empiecen dentro de dos meses y se terminen en los próximos dos años, tal como informó el director adjunto de Sadid, Amir Husein Kave, al recordar que los especialistas iraníes participarán en el proceso de la construcción al mismo tiempo que recibirán la tecnología en esta materia.
En este sentido, el experto ruso para el Oriente Medio, Vladimir Sazhin, declaró que desde la firma del acuerdo nuclear iraní en julio de 2015, Teherán se ha convertido rápidamente en un jugador clave en la política regional e incluso mundial, y un motor económico a nivel internacional.
En su opinión, Moscú está interesado en el desarrollo de una asociación a largo plazo con Teherán en un plazo de tiempo más corto, pero además subrayó que los lazos deben hacerse de modo tan firme que soporten las fluctuaciones políticas en ambos países e incluso en la región.
De todos modos, el embajador persa en Moscú, Mehdi Sanai, informó el mes pasado que Irán y Rusia han firmado contratos de cooperación económica por un total de 40 mil millones de dólares, agregando que esto incluye 6 nuevos reactores en la planta nuclear de Bushehr (sur de Irán), 4 plantas de energía térmica en el país persa y la mejora de las ya existentes, entre otros.
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