El duelo amistoso vivió, de hecho, el debut del iraní Amir Qalenoi, quien retomó tras 16 años el timón del Guepardo iraní. Aunque el once persa, conocido como Team Melli, tuvo una superioridad relativa al crear mayor número de oportunidades de gol (7 ante 4), el encuentro finalizó igualado, con un penalti en el minuto 28 para el combinado eslavo (en el minuto 28) y otro para Irán (en el minuto 47).
El punto llamativo para la prensa fue la presencia de las aficionadas iraníes en el estadio, hecho que desde 2019 ya es normal, pero últimamente debido a las restricciones de la pandemia del coronavirus no se veía.

El partido también se consideraba la primera presencia de los rusos fuera de las fronteras de la antigua Unión Soviética desde que la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) suspendiera el año pasado a la Federación Rusa, por la operación especial en curso desde febrero de 2022 en Ucrania.
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