El ajedrez en Cuba se considera no sólo un juego, sino un arte, una ciencia y un deporte mental. Desde muy pequeños, los cubanos enseñan a sus hijos este juego, conocido también como "el juego de ciencia" o "de las 64 casillas".
Incluso el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, ha sido un apasionado de este juego. El amor por el ajedrez entre la población cubana ha hecho que la Isla cuente con grandes maestros.
En La Habana, el ajedrez se juega en escuelas y clubes, pero estos recursos no son suficientes. Por eso, muchos lo practican en la calle, a los pies de desmoronados edificios coloniales de la capital cubana.
Desde la llegada de la Revolución cubana en 1959, Fidel Castro introdujo el ajedrez no sólo como deporte, sino como herramienta de educación de masas, hasta el punto de que hoy en día es una de las materias que se imparten en las escuelas.
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