China reitera una vez más su oposición al despliegue del sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés), de fabricación estadounidense, en Corea del Sur. Lo considera un elemento que socava el equilibrio estratégico en la región y agrava aun más la tensión en la península coreana.
Por su parte, el ministro británico de Defensa, Michael Fallon, afirma que el Reino Unido trabaja firmemente con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para asegurarse de que Rusia y China acepten su responsabilidad de ejercer presiones sobre Corea del Norte.
Esto mientras que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha advertido de que las conversaciones con Corea del Norte están fuera de la mesa ahora y que todas las opciones siguen abiertas para defender a Estados Unidos y a sus aliados.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a su vez, pide aumentar la presión mundial contra Corea del Norte. A pesar de ello, otros países como Rusia llaman a las partes involucradas a la moderación.
La escalada de tensión se produce tras el sexto test nuclear realizado por Corea del Norte y anunciado como el más potente hasta ahora. Pyongyang dice que continuará reforzando sus pruebas balísticas y nucleares para defenderse ante las amenazas de Washington y sus aliados en la región.
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