La agencia surcoreana de noticias Yonhap ha informado este jueves del despliegue, recordando que estos misiles son “capaces de atacar y destruir las instalaciones nucleares y de misiles de Corea del Norte desde una larga distancia”.
Según los oficiales surcoreanos, los misiles han sido cargados en aviones de combate F-15K y están destinados a impactar en las instalaciones clave de Pyongyang disparados desde el cielo de Daejeon, a unos 164 kilómetros al sur de Seúl.
El movimiento de la Fuerza Aérea de Corea del Sur forma parte de los esfuerzos de Seúl para establecer su sistema preventivo de destrucción de misiles Cadena de Destrucción (Kill Chain, en inglés) que busca detectar y atacar los blancos nucleares y de misiles del vecino norteño.
Además, este despliegue permitirá a Seúl contener las provocaciones de Pyongyang en tiempos de paz y atacar con precisión los objetivos principales del enemigo en caso de guerra, según ha explicado el jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de Corea del Sur, Jeong Kyeong-doo.
El alto mando castrense surcoreano ha manifestado asimismo que la Fuerza Aérea de su país tiene planes para reforzar su estado de preparación para un eventual conflicto armado con el Norte, al mismo tiempo que tendrá la responsabilidad de responder firmemente a posibles actos provocadores de Pyongyang.
Corea del Sur está intentando mejorar sus capacidades militares para poder afrontar las amenazas de su vecino. El pasado 15 de octubre, Seúl recibió un primer cargamento de misiles germanos Taurus, con un alcance de 500 kilómetros.
Pese a las denuncias de Pyongyang, está previsto que Seúl reciba sucesivamente para el año 2018 un total de 170 misiles del tipo Taurus, que pueden volar a baja altitud sin ser detectados por los radares de Corea del Norte gracias a su tecnología furtiva.
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