“Este proceso premia al terrorismo al negar cárcel a los máximos responsables de delitos atroces, en un país con más de 100.000 presos por delitos menores que los de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”, ha afirmado este viernes Álvaro Uribe en un discurso presentado en la ciudad de Santa Marta (norte).
El Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y la guerrilla de las FARC anunciaron el miércoles el fin de la negociación de un histórico acuerdo de paz y señalaron el próximo 2 de octubre como fecha del plebiscito para que el texto sea sometido a la aprobación de los ciudadanos.
Este proceso premia al terrorismo al negar cárcel a los máximos responsables de delitos atroces, en un país con más de 100.000 presos por delitos menores que los de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”, ha afirmado el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe.
Al respecto, Uribe ha subrayado que lo acordado entre el Gobierno de Bogotá y la guerrilla "convierte a las FARC en un grupo paramilitar socio del Estado para combatir a otros delincuentes".

El también senador del Congreso colombiano ha dicho que ese pacto no conseguirá el efecto deseado, porque "el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las bandas criminales podrán seguir acumulando víctimas en la certeza de que serán premiados".
Además, Uribe ha criticado el acuerdo de participación política alcanzado el pasado 5 de julio entre ambas partes considerando que los pactos de esta índole presentan "al narcoterrorismo de las FARC como una insurgencia civil legítima", lo que redundaría en "el descrédito de la democracia" colombiana "ante propios y ante la comunidad internacional".
Tras el histórico acuerdo de paz, Santos ordenó el jueves a las fuerzas gubernamentales el cese el fuego definitivo con las FARC.
Para que el acuerdo sea aprobado, el sí debe obtener al menos el respaldo del 13 % del censo electoral, equivalente a un mínimo de 4 millones 396 mil 626 votos.
Más de 50 años de conflicto armado entre ambas partes han dejado más de 250.000 muertos y más de cinco millones de desplazados en Colombia.
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