Esto es, llevar las escuelas y liceos a control del Estado chileno, para romper con la segregación existente.
Esta no es la presentación del nuevo equipamiento de la Policía chilena, tampoco ensayos militares. Es el exagerado despliegue destinado a reprimir a los estudiantes secundarios, que reclaman al Gobierno el cumplimiento de sus promesas.
A los conflictos abiertos con los universitarios y los rectores, se suma este nuevo con estudiantes de liceos secundarios.
Los manifestantes denunciaron que la reforma ya no tiene fuerza y las negociaciones podaron aspectos centrales, haciéndola inofensiva.
La educación pública depende de los ingresos municipales. Algunos de extrema pobreza que administran las escuelas y liceos.
El descontento se funda en la permanencia del mercantilismo en educación y los profesores y rectores universitarios también anuncian movilizaciones, a pocos meses de que la presidenta Michelle Bachelet termine su mandato.
Leonel Retamal, Santiago.
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