La presidenta chilena, Michelle Bachelet, presentó un proyecto de modificación, pero no fue muy bien recibido por las organizaciones de migrantes, por el secretismo y la falta de participación.
Alrededor de 500.000 migrantes viven en Chile, provenientes principalmente de países vecinos como Perú, Bolivia, Colombia y recientemente de zonas más alejadas como Haití. Llegan con sus historias, esperanzas y miedos, porque aún miles están irregulares, expuestos a todo tipo de abusos.
Más que un aporte, la actual legislación migratoria los considera una amenaza. El colorido y diverso arribo de inmigrantes a Chile está impulsando la actualización de la añeja ley de migraciones, proveniente de la dictadura.
La mandataria anunció el lunes el proyecto de modificación, que ahora va al Congreso. El debate bien puede extenderse más allá del período de Gobierno.
Está nueva legislación corre el peligro de ser solo un trámite administrativo y no solucionar el problema latente de la xenofobia y el racismo en que viven y trabajan muchos inmigrantes en Chile.
Leonel Retamal, Santiago.
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