Los manifestantes ya no toleran seguir recibiendo pensiones indignas por toda una vida de trabajo.
Bajo la promesa de jugosas jubilaciones, el sistema de pensiones fue impuesto de la noche a la mañana durante la dictadura pinochetista. Agentes financieros se apoderan de los ahorros obligatorios de los trabajadores, para traspasarlos a grandes empresas y bancos. Centenares de miles protestan contra este saqueo.
A pesar del silencio de los medios corporativos, nuevamente se reúnen un domingo a exigir el fin del sistema de pensiones heredado de la dictadura. La indignación se acrecienta al ver que las fuerzas armadas conservan el modelo de reparto solidario negado al pueblo.
Los grupos empresariales que controlan el país rechazan absolutamente cualquier cambio a este lucrativo esquema. Es la movilización más importante desde la revuelta estudiantil de 2011. Un hito político y social.
Leonel Retamal, Santiago.
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