"Arabia Saudí, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están jugando con la vida de miles de residentes del Golfo Pérsico por su disputa con Catar, dividiendo familias y destruyendo los medios de subsistencia y educación de la gente", declaró el sábado el destacado organismo británico de derechos humanos en un comunicado.
Arabia Saudí, Baréin, Egipto y EAU, entre otros, rompieron relaciones con Catar el lunes, acusando a Doha de apoyar el terrorismo y desestabilizar la región. También suspendieron todo el tráfico terrestre, aéreo y marítimo con Catar, expulsaron a sus diplomáticos y ordenaron a los ciudadanos cataríes que abandonaran sus países.
Esto es mientras que se conoce al propio Riad como el principal patrocinador de los violentos terroristas wahabíes de cuya financiación ahora acusa a Catar. Algunos analistas creen que la ira de Arabia Saudí se debe más bien a que Catar actuó con mayor independencia de Riad respecto a otros países árabes, al querer mejorar parcialmente sus relaciones con Irán.
Arabia Saudí, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están jugando con la vida de miles de residentes del Golfo Pérsico por su disputa con Catar, dividiendo familias y destruyendo los medios de subsistencia y educación de la gente", dijo Amnistía Internacional (AI) en un comunicado.
Amnistía Internacional denuncia el "efecto brutal" que ya están teniendo estas drásticas medidas, como la separación de los padres de sus hijos y los esposos de sus esposas.
Las personas de toda la región, incluido los Estados que implementan estas medidas, y no solo Catar, se arriesgan a perder sus empleos ya que incluso la educación se ve afectada por estas medidas.
"Todos los Estados involucrados en esta disputa deben asegurar que sus acciones no conduzcan a violaciones de los derechos humanos", advirtió James Lynch, el subdirector del Programa de Asuntos Globales de AI.
La organización de hecho ha documentado muchos casos de personas que han sido separadas de sus padres, hijos y cónyuges como resultado de estas tensiones.
Amnistía por último censuró en varias ocasiones a las autoridades bareiníes, saudíes y emiratíes por castigar severamente a sus respectivos ciudadanos por cuestionar las polémicas medidas contra Catar.
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