“Golpista es usted, que no respeta la Constitución [de Brasil]”, respondió Michel Temer en sus primeras declaraciones públicas conocidas después de que asumiera formalmente el cargo de la Presidencia que ejercía de forma interina desde el pasado mayo.
Temer, dijo que los procedimientos de impeachment contra la expresidenta Dilma Rousseff se definieron y se aprobaron en el Senado, y por ello es necesario mucha firmeza para su aplicación.
Golpista es usted, que no respeta la Constitución [de Brasil]”, respondía de esta manera el recién presidente de Brasil, Michel Temer a la destituida mandataria Rousseff
En esta tesitura, el presidente advirtió que no se puede tolerar que se diga que el proceso del juicio político contra Rousseff, que ha llevado a su destitución del cargo, haya sido un golpe de Estado, al argumentar que ha durado más de cien días junto con 40 testimonios de defensa.
Un día antes de la votación final del juicio político contra Rousseff, quien se defendía de los cargos en su contra declaraba que su destitución daría paso a un gobierno usurpador.
Así pues, Temer dijo que desde ahora responderá a cualquiera que ponga en entredicho lo acontecido, porque negar lo que dictan las altas instituciones del país es ir contra la Carta Magna de Brasil.
Estas palabras eran una directa alusión a miles de brasileños que tras conocer el fallo del Senado Federal salieron a las calles para pedir que se restablezca el orden constitucional que hasta horas antes reconocía a Dilma Rousseff como la presidenta de la primera economía de América Latina.
Los aliados de la líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) señalan que las maniobras conocidas como “ruedas fiscales” era una práctica habitual por Gobiernos anteriores y acusan por ello a sus adversarios conservadores de usarlas como excusa para dar un “golpe de Estado”.
La mandataria destituida tras ser despojada de su cargo afirmó que volverá a luchar y llamó un ‘golpe de Estado parlamentario’ consumado por el Senado.
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