“Lo que nos une aquí es la democracia de nuestro país, que fue conquistada con mucha lucha. Sabemos que lo que ocurrió fue un golpe y ahora las cosas van quedando cada vez más claras”, afirmó el jueves Rousseff ante miles de sus partidarias en la concentración denominada “Mujeres por la Democracia y contra el golpe”.
Mientras los manifestantes, dirigiéndose al presidente interino de Brasil, Michel Temer, gritaban “¡golpista, golpista!”, la suspendida mandataria dijo que “dan miedo” los primeros días del Gobierno de Temer, quien fue su vicepresidente pero se convirtió en uno de los principales autores de su salida.
Lo que nos une aquí es la democracia de nuestro país, que fue conquistada con mucha lucha. Sabemos que lo que ocurrió fue un golpe y ahora las cosas van quedando cada vez más claras”, dijo la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
El golpe contra su Gobierno, explicó Rousseff, es una tapadera a la que han recurrido los opositores para impedir que fueran objeto de la lucha contra la corrupción. Asimismo, se refirió a las grabaciones reveladas la semana pasada, las cuales revelan que el juicio político (impeachment) fue un intento para frenar las pesquisas de la corrupción en la estatal petrolera Petrobras.
Rousseff también advirtió de que la Administración interina de Temer tiene la intención de dañar los logros sociales alcanzados el país suramericano, promoviendo un recorte de los gastos públicos.
Rousseff fue separada de sus funciones el pasado 12 de mayo por un periodo de 180 días, lo que puede durar el juicio político al que será sometida. Si se llegara a su definitiva destitución, Temer completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019, pero si fuera absuelta, deberá recuperar el cargo una vez que se publique la sentencia.
Temer, acusado por Rousseff de ser el “jefe de la conspiración” y cooperar con la oposición para dar un “golpe de Estado contra la democracia” en Brasil, enfrenta cada día el rechazo de los brasileños, entre otros asuntos, por su agenda neoliberal.
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