La complicada situación política de la presidenta, Dilma Rousseff, y los escándalos de corrupción que son investigados por la justicia, han provocado un increíble aumento del desempleo en Brasil, lo que se traduce en la peor crisis económica por la que atraviesa una de las mayores economías de América Latina.
En total, 1.853.076 trabajadores perdieron sus empleos desde el 2015 mientras que en marzo de este año otros 112.776 puestos de trabajo fueron eliminados, es decir, el peor resultado mensual en los últimos 25 años.
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) señaló el miércoles que la tasa nacional de desempleo aumentó a 10,2 % en el trimestre diciembre-febrero último. Este es el mayor nivel de desempleo desde el 2012. Solo en febrero el índice subió a 8,2 %, siendo la cifra más alta en siete años.
El número de personas sin trabajo llegó a casi 10,4 millones en el trimestre que va de diciembre a febrero. A pesar de todo, de los 27 estados que componen la federación brasileña, solo cuatro consiguieron crear puestos de trabajo en este periodo.
Empresas vitales para la economía de Brasil, como la petrolera semiestatal Petrobras, despidieron hasta 169.700 trabajadores; una situación que muestra los problemas de una economía que no saldrá de la recesión hasta 2017.
Según el último informe del Banco Central de Brasil, el Producto Interior Bruto (PIB) del país se reducirá un 3,8 por ciento a lo largo de 2016 logrando crecer apenas en un 0,1 por ciento en 2017 mientras la inflación se mantendrá por encima del límite teórico del 6,5 por ciento.
El mercado de trabajo se redujo en un 1,3 % durante el último año, equivalente a 1,17 millones de personas sin empleo. En concreto, 2,7 millones de brasileños perdieron sus puestos de trabajo desde el inicio de la crisis económica en el país reduciendo el número total de trabajadores contratados a 92,2 millones y situando la tasa de desempleo en un 9 por ciento, un nivel muy superior al registrado por el país a principios de 2015 cuando el desempleo apenas alcanzaba el 6,8 por ciento.
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