La renuncia de Áñez a su candidatura polariza la campaña electoral entre el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, y el expresidente centrista del partido Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa.
Los aliados de la presidenta de facto de Bolivia alaban su decisión y llaman a evitar el triunfo del MAS, partido del presidente destituido, Evo Morales, no solo en las presidenciales, sino también en las elecciones legislativas.
Pero el rival izquierdista, el candidato presidencial del MAS, minimizó el efecto de la renuncia de Áñez a su candidatura. Luis Arce afirmó que su partido no depende de las demás candidaturas para mostrar su poderío, mientras recordó que en anteriores elecciones el MAS ganó con más del 50 % de los votos.
A su vez, Morales, líder del MAS, pidió unidad ante la alianza formada por partidos derechistas y neoliberales. Para los ciudadanos bolivianos, la renuncia de Áñez fue esperada y estudiada para ejercer más presión contra el MAS.
Un par de días antes de que la autoproclamada presidenta boliviana se apartara de la carrera presidencial, la encuesta de Fundación Jubileo la colocaba en cuarta posición a 30 puntos de Arce. Mientras Carlos Mesa ocupaba el segundo lugar con una diferencia de 14 puntos porcentuales.
Las elecciones del 18 de octubre son cruciales para definir el horizonte político, económico y social del país, sumergido en crisis tras el golpe de Estado contra Morales en noviembre pasado.
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