En la marcha, celebrada el viernes en la localidad de Diraz, al oeste de Manama, la capital, los indignados bareiníes portaron las fotos del alto clérigo chií el sheij Isa Ahmad Qasem —al que la familia real Al Jalifa le revocó la ciudadanía en junio pasado por perjudicar supuestamente los intereses del país—, para expresar su repudio a las atrocidades cometidas por el régimen gobernante contra la población.
Los activistas, que llevaban también imágenes de la Mezquita Al-Aqsa, en Al-Quds (Jerusalén), quemaron una bandera israelí para reafirmar su apoyo a la causa palestina, y rechazar la decisión de Manama de normalizar los vínculos con el régimen de Tel Aviv, según recogió el viernes el canal de televisión libanés Al-Manar.
La protesta tuvo lugar justo después de que un vídeo recién publicado mostrase a un grupo de rabinos extremistas israelíes bailando en una ceremonia en Manama y cantando al son de una canción llamada “El pueblo de Israel está vivo”. La canción alaba la destrucción de la Mezquita Al-Aqsa e insta a la construcción del templo de Salomón en su lugar.
Los rabinos de la organización Chabad habían viajado a Baréin por invitación directa del rey bareiní, Hamad bin Isa Al Jalifa, y participaban en un evento organizado por el multimillonario estadounidense Leizer Scheiner, quien ha celebrado eventos similares en otros países árabes.
Los manifestantes condenaron la medida de Al Jalifa de facilitar la entrada de la delegación israelí en el territorio árabe.
La publicación del vídeo levantó protestas y condenas en varios países árabes, además de organizaciones propalestinas. El Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) emitió un comunicado al respecto, en el que condenó la celebración de este evento y urgió al Gobierno bareiní a frenar la normalización de sus relaciones con Israel.
La celebración de tal evento en la pequeña monarquía del Golfo Pérsico no es de extrañar, sobre todo cuando en 2011 una serie de filtraciones del portal Wikileaks reveló que Baréin e Israel mantienen estrechos lazos en el ámbito de los servicios secretos. De acuerdo con Wikileaks, el rey bareiní confirmó durante una reunión con altos cargos israelíes que su país coopera con el Mossad (los servicios secretos del régimen de Israel) y que pretende expandir los lazos con el régimen de Tel Aviv en otros ámbitos.
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