• El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, en el aeropuerto de la ciudad sureña de Davao, 22 de octubre de 2016.
Publicada: martes, 25 de octubre de 2016 9:26
Actualizada: martes, 25 de octubre de 2016 11:00

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, pide a EE.UU. ‘olvidarse’ del acuerdo militar y defensivo bilateral con Manila ‘si permanezco suficiente tiempo’.

“Tenemos el EDCA (Acuerdo de Cooperación Mejorada en Defensa), pero bueno, olvidaos de ello”, ha precisado este martes Duterte, en declaraciones ofrecidas en el aeropuerto de Manila antes de partir hacia Japón.

Luego de mencionar la presencia de tropas estadounidenses en Filipinas, así como la de sus buques en el mar de la China Meridional, ha subrayado su decisión de acabar con el acuerdo militar que facilita la presencia estadounidense en el referido mar, firmado entre ambos países en 2014.

Tenemos el EDCA (Pacto Mejorado de Cooperación en Defensa), pero bueno, olvidaos de ello”, ha precisado este martes Duterte, en declaraciones ofrecidas en el aeropuerto de Manila antes de partir hacia Japón.

“Si permanezco suficiente tiempo (...) Espero con impaciencia el momento en el que no vea tropas ni soldados en mi país más que a soldados filipinos”, ha recalcado el mandatario de la nación asiática.

A este respecto, Duterte ha urgido al Gobierno de Washington a no tratar al país “como un perro encadenado”, al tiempo que ha enfatizado en que “no soy la marioneta de ningún país”.

Estas afirmaciones del presidente filipino responden a la preocupación expresada ayer lunes por el secretario de Estado adjunto de EE.UU. para Asia Oriental y el Pacífico, Daniel Russel, quien denunció la “consternación” que causaría el líder filipino al Gobierno de Washington y otros países.

 

Según el presidente filipino, los comentarios de Russel son “maliciosos” y EE.UU. está repleto de “intolerancia y discriminación”.

Filipinas y EE.UU. viven una guerra de palabras desde la llegada al poder del presidente filipino en junio pasado. Duterte denuncia la hipocresía de Washington y recrimina las masacres perpetradas a principios del siglo XX en el sur de Filipinas, cuando el país era una colonia estadounidense.

El caso más sonoro se produjo cuando el pasado mes de septiembre, insultó a su homólogo estadounidense, Barack Obama, por sus críticas a la polémica campaña antidrogas del Gobierno de Manila.

El jefe de Estado filipino busca sustituir a EE.UU. por Rusia y China en la compra de armas y ha retado a la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) a intentar derrocarlo.

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