Un reporte, que fue filtrado por el Ministerio saudí de Exteriores y al que tuvo acceso el portal Web egipcio Sasapost, demuestra que Arabia Saudí pagó una importante suma de dinero a los eruditos de la Universidad egipcia de Al-Azhar para que estos ayuden a reducir la influencia de los chiíes, encabezados por Irán, en la región.
La fuente explica, además, que el príncipe saudí Turki bin Abdolá, hijo del difunto rey saudí, se reunió la semana pasada, a puertas cerradas, con el presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, en El Cairo (capital egipcia), donde el jeque saudí entregó sumas importantes de dinero al mandatario egipcio para que las donase a la citada universidad.
Sin embargo, la fuente añadió que Arabia Saudí no solo aportó ayuda financiera, sino que también brindó facilidades a algunos de los ulemas de la Universidad de Al-Azhar para que estos emitan fatwas (edictos religiosos) sobre la amenaza que suponen los chiíes en la región. El régimen de Al Saud, asimismo, presionó para que la universidad religiosa de Egipto no acepte que los chiíes estudien en su campus.
Por su parte, Anwar Eshki, un general de división retirado del Ejército saudí, en una conversación telefónica con Sasapost, al confirmar las ayudas de Arabia Saudí a la Universidad de Al-Azhar, alegó que el fin de esta medida es contrarrestar la amenaza de Irán en la región, pues se ha convertido en el mayor peligro para la comunidad islámica.
Los logros de los chiíes, encabezados por Irán, en su lucha contra el terrorismo takfirí han preocupado al régimen saudí, razón por la cual Riad ha adoptado todas las medidas que ha creído oportunas para difamar a los chiíes y conspirar contra ellos.
Con fecha anterior, Wikileaks, en otro de sus documentos desclasificados, reveló que la Inteligencia de Arabia Saudí, cuidadosamente, ha puesto la actividad de los chiíes egipcios bajo su consideración tras la revolución del país norteafricano, que tuvo lugar el 25 de enero de 2011.
A su vez, el exjefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) Mohamad El Baradei divulgó que Arabia Saudí ofreció una subvención de tres mil millones de dólares a la Universidad egipcia de Al-Azhar para que emitiera una falsa declaración acusando a las fuerzas tribales y populares iraquíes, de mayoría chií, de cometer crímenes contra la comunidad suní en Irak.
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