En un comunicado emitido este sábado en su página Web, el grupo armado ha denunciado que el lanzamiento de GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast bomb (MOAB), bautizada como ‘la madre de todas las bombas’, tenía un objetivo propagandístico, lo que “demuestra la barbarie de los estadounidenses”.
“EE.UU. mientras refuerza a Daesh (acrónimo en árabe de EIIL) en Afganistán, pretende aprovechar la campaña mediática de este ataque para fingir, por un lado, que se opone al grupo terrorista y, por otro, restarle importancia”, asegura Zabiolá Muyahid, el portavoz de la banda extremista.
EE.UU. mientras refuerza a Daesh (acrónimo en árabe de EIIL) en Afganistán, pretende aprovechar la campaña mediática de este ataque para fingir, por un lado, que se opone al grupo terrorista y, por otro, restarle importancia”, asegura Zabiholá Muyahed, el portavoz de Talibán de Afganistán.
La lucha contra Daesh, enfatiza el vocero talibán, es responsabilidad de los afganos no de los “invasores extranjeros”. “Si EE.UU. está preocupado por su seguridad tiene que centrarse en sus fronteras nacionales, ya que no está autorizado, bajo ningún pretexto, a asesinar afganos, realizar pesados ensayos armamentísticos y continuar la guerra en territorio afgano”, agrega.
Muyahid afirma que lanzar una bomba de casi 10 toneladas no solo no solventa el problema en Afganistán, sino que estas bombas ultrapesadas causan enfermedades sicológicas y dejan daños económicos permanentes en el país.
EE.UU. lanzó el jueves una bomba de unas 9,5 toneladas, supuestamente sobre territorio ocupado por el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán y cerca de la frontera con Paquistán. El EIIL negó el viernes bajas en sus filas.
Tras el lanzamiento, el expresidente afgano Hamid Karzai acusó a EE.UU. de utilizar Afganistán como ‘laboratorio de pruebas’ de sus artefactos militares.
En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán so pretexto de luchar contra el terrorismo. La agresión a ese país ha causado un enorme coste, más de 768 mil millones de dólares, según las cifras que maneja la oenegé Proyecto de Prioridades Nacionales (NPP, por sus siglas en inglés) sobre el presupuesto federal y el gasto militar de EE.UU.
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