Según ha informado este jueves la agencia turca de noticias Dogan, los actos violentos que provocaron el cierre de esa sede se produjeron en la noche del miércoles, tras la divulgación de la noticia de que Bangkok deportó a China a más de 100 miembros turcófonos de esta desde 2014.
Convocados por la Asociación de Educación del Turquestán Oriental, una organización de defensa de esa minoría, los manifestantes se congregaron frente al edificio del consulado tailandés, ubicado en el barrio de Zincirlikuyu, en la zona europea de la ciudad, destrozando la entrada y los cristales con piedras, añade la fuente.
La fuente, además, confirma la detención de nueve manifestantes, durante esa manifestación que había comenzado de forma pacífica.

Musulmanes uigures, entre ellos mujeres y niños, estuvieron detenidos en Tailandia durante más de un año, por entrar sin papeles en su territorio, y forzados a volver a China, país del que huyeron por supuestas persecuciones en su contra.

Desde el pasado 18 de junio (día de inicio del sagrado mes de Ramadán), Turquía se ha convertido en escenario de protestas multitudinarias contra la política de Pekín hacia la comunidad uigur.
El pasado 5 de julio, cientos de turcos salieron a las calles de Estambul y marcharon hacia el consulado chino, portando banderas y coreando consignas contra el país asiático. Un grupo de manifestantes quemó incluso una bandera.
En la misma fecha, la Cancillería turca convocó al embajador chino en ese país, para protestar de forma enérgica por la decisión de Pekín de prohibir a los musulmanes chinos residentes en la región Xinjiang, en el noroeste, practicar el ayuno de Ramadán
Las fuertes restricciones impuestas contra la comunidad musulmana en Xinjiang, entre ellas la prohibición del ayuno, la participación en las vigilias y otras actividades religiosas, entraron en vigor desde el inicio de este mes sagrado, una medida que ha levantado fuertes olas de rechazo y protestas en muchos países islámicos.

El pasado 3 de julio, Turquía se comprometió a mantener sus puertas abiertas a los uigures que huyen de la persecución religiosa en China.
En noviembre de 2014, más de 300 uigures chinos fueron detenidos en Tailandia con pasaportes falsos, cuando intentaban huir de su país de origen. Turquía, según datos oficiales, acogió a 173 de ellos, pero los demás siguen supuestamente en Tailandia.
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