“Si EE.UU. mantiene su compromiso con el comunicado de Ginebra, suscrito por ellos mismos y avalado por toda la comunidad internacional, ¿cómo es posible entonces que hablen, según dice la prensa, de proponer en la Asamblea General (de las Naciones Unidas) ideas de cambio de poder (en Siria)?”, ha cuestionado este miércoles la Cancillería rusa.
Si ellos (los estadounidenses) no han retirado su firma y mantienen su compromiso con el comunicado, no pueden diseñarse planes para desarrollar la situación ni aplicarlos en la práctica. En caso contrario, Estados Unidos está engañando a todo el mundo”, ha dicho la portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajarova.
La portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajarova, citada por la agencia de noticias siria SANA, ha reiterado que son los propios sirios los únicos que pueden decidir sobre el futuro político de su país.
Zajarova ha añadido que “si ellos (los estadounidenses) no han retirado su firma y mantienen su compromiso con el comunicado, no pueden diseñarse planes para desarrollar la situación ni aplicarlos en la práctica. En caso contrario, Estados Unidos está engañando a todo el mundo”.
La vocera se ha mostrado optimista en que la comunidad internacional llegue a un consenso para poner fin a la crisis siria.
“Moscú ve ahora con optimismo la posibilidad de un acuerdo sobre Siria y de unificar esfuerzos para combatir” al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), ha dicho la fuente, bajo condición de anonimato.
Zajarova ha advertido de que un posible fracaso de los esfuerzos para acabar con el conflicto sirio dará lugar a una situación catastrófica.
El comunicado de Ginebra se emitió el 30 de junio de 2012 en Suiza, donde los participantes, incluidos los líderes de países que se oponen a Al-Asad, acordaron que la solución de la crisis siria es la creación de un gobierno de transición.
La Casa Blanca exige, de vez en cuando, la destitución de Al-Asad mientras la Unión Europea (UE) ha admitido que no hay que excluir al presidente sirio de las negociaciones para hallar una salida a la crisis que atraviesa su país.
Desde el inicio de la crisis, en marzo de 2011, el Ejército sirio lleva a cabo una lucha sin cuartel contra varios grupos armados que, apoyados por ciertos países regionales y occidentales, entre ellos Arabia Saudí, Turquía y EE.UU., buscan derrocar el Gobierno del presidente Bashar al-Asad.
La violencia en Siria ha causado la muerte de más de 240.000 personas, además de dejar más de 11 millones de desplazados
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