Además, reconoció que su Gobierno todavía no ha tenido ningún contacto con la parte estadounidense, sin embargo, consideró positivo cualquier diálogo eventual, aunque insistió en que éste debería basarse en el “respeto mutuo”.
“Pero lo principal es que en Siria podemos decir que todo diálogo es algo positivo”, puso de manifiesto Al-Asad, que recordó también que entre Damasco y Washington no había comunicación directa alguna.
Las declaraciones del presidente sirio se produjeron después de que el pasado 15 de marzo el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, declarara que la única solución a la crisis en Siria es negociar con su mandatario.
Kerry aseguró que Al-Asad “no quería negociar” y por eso le llamó a “entablar una negociación seria” con el fin de ejecutar los resultados del proceso de paz de Ginebra I.
La sugerencia alarmó a los grupos opositores sirios que no están dispuestos a negociar con el presidente legítimo de Siria, quienes, respaldados por el Occidente, insisten en la salida de Al-Asad del poder.
Se considera que el Occidente ha dado un giro político respecto al Gobierno sirio cuatro años después de que fracasaran, por un lado, los complots encaminados al derrocamiento de Al-Asad y, por otro, se reforzaran los grupos takfiríes como EIIL (Daesh, en árabe) -gracias al apoyo de los países occidentales-, que actualmente amenazan la seguridad de sus propios patrocinadores.
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