La promocionada marcha del 18 Febrero, partió desde el Congreso argentino con rumbo a la plaza de Mayo, donde se encuentra la Casa Rosada. Organizado por parte del Poder Judicial, paradójicamente, el movimiento pedía Justicia.
Un aparente suicidio, por disparo de bala, que mantiene sospechas tanto de oficialistas como de opositores. Un día después, que la Cancillería Argentina, citara a los representantes de Estados Unidos y el régimen israelí, para pedir el fin de la injerencia, sobre la causa AMIA.
Una marcha del silencio, convocada por un grupo de fiscales, algunos de los cuales, han sido acusado anteriormente de haber obstaculizado la investigación de la causa AMIA.
Sebastián Salgado, Buenos Aires.
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