El sistema bancario israelí le aguarda un serio revés si la Unión Europa (UE) decide finalmente imponer sanciones a los bancos que operan en los territorios ocupados, tanto en Cisjordania, incluida Al-Quds (Jerusalén), como en los altos de Golán sirios. Sus sucursales que realizan todo tipo de operaciones y actividades en estas zonas ocupadas y que Bruselas cada vez con mayor claridad las considera como “ilegales”, según un reportaje publicado el lunes en el rotativo Público.
El sistema bancario israelí le aguarda un serio revés si la Unión Europa (UE) decide finalmente imponer sanciones a los bancos que operan en los territorios ocupados, tanto en Cisjordania, incluida Al-Quds (Jerusalén), como en los altos de Golán sirios. Sus sucursales que realizan todo tipo de operaciones y actividades en estas zonas ocupadas y que Bruselas cada vez con mayor claridad las considera como “ilegales”, según un reportaje publicado el lunes en el rotativo Público.
Este asunto es tan preocupante entre el seno de los financistas israelíes, porque el pasado 22 de julio apareció un informe titulado influyentethink tank, compuesto por personalidades de la UE, que inspiró al Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (CERE), a recomendar a la Comisión Europea (CE) que imponga sanciones contra los bancos israelíes con el fin de presionar para que este régimen acabe con la ocupación, puesto que la política de declaraciones que Bruselas (Bélgica) aplica desde hace décadas no ha surtido ningún efecto.
Los expertos señalan que aunque este informe no es vinculante, el bloque europeo, con frecuencia toma nota de estas recomendaciones por parte de CERE, y si llegase a producir esta sanción, tendría consecuencias catastróficas tanto desde un punto de vista económico como desde un punto de vista político.
Los ciudadanos europeos siempre han sido muy críticos con la política de agresión del régimen israelí contra Palestina, y desde hace una década, tratan de boicotear los productos importados desde Israel, pero con poco éxito.
Pero si la UE, como la institución que es, llevase a cabo estas sanciones económicas, como hasta ahora que ha circunscrito a una exigencia de etiquetado de los productos originados en las colonias, podría comenzar con los bancos y seguir luego en otras áreas, una posibilidad que causa pavor en el régimen de Israel.

El régimen de Tel Aviv siempre ha contado con el apoyo incondicional de Estados Unidos para frenar este tipo de iniciativas y no se descarta que los norteamericanos presionen a la UE en ese sentido, antes de que Bruselas se pronuncie al respecto.
No obstante, las relaciones tan frías entre la administración de Barack Obama y su homólogo israelí, Benjamín Netanyahu, a raíz de la firma de la conclusión de los diálogos Irán-G5+1, el pasado 14 de julio, hace pensar a los medios políticos, que puede tener efectos negativos para Tel Aviv.
En este contexto, Netanyahu no para de incitar al Congreso y a la comunidad judía de Estados Unidos contra Obama, y al considerar un error de proporciones históricas la firma del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés) logrado el pasado 14 de julio entre Irán y el Grupo 5+1, por ello, el presidente norteamericano podría castigarlo sin ejercer una presión adecuada sobre la UE.
En esta misma línea, el temor no es infundado, porque se puede citar el caso de Sudáfrica, donde los africanos lucharon contra el régimen del apartheid durante décadas, de manera violenta y pacífica, y no consiguieron nada, pero solo bastó, que la comunidad internacional se pusiese de acuerdo con un boicot unánime que terminó con este régimen en menos de dos años.
Por ello, estos banqueros israelíes advierten a su gabinete que se ponga las pilas antes que Bruselas tome en serio las recomendaciones de CERE, ya que esto implicaría que los bancos europeos, dejarían de operar con los israelíes y hasta las tarjetas de crédito entrarían en suspensión, conllevando a muchos israelíes a quedarse atrapados en Europa sin tener acceso al dinero.
Del mismo modo, los bancos que conceden hipotecas para financiar la construcción o la adquisición de una vivienda en las zonas de asentamientos ilegales autorizados o no por el régimen israelí, entrarían en la lista negra, es decir todas las entidades financieras de este régimen ocupante, y sería un colapso total de la economía.
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